De la técnica a la táctica
La técnica de un deporte consiste en la ejecución de movimientos estructurales que obedecen a una serie de patrones espacio-temporales modelos, que garantizan la eficiencia (Bedolla, 2003). Es decir, la habilidad que posee el jugador para llevar a cabo distintas acciones del juego (control, pase, conducción, regate, golpeo, interceptación, despeje..), de acuerdo a las limitaciones del reglamento, con precisión y a distintas velocidades.
La táctica es el proceso en el que se conjugan todas las posibilidades físicas, técnicas, teóricas, psicológicas y demás, para dar una solución inmediata a las diferentes situaciones imprevistas y cambiantes que se crean en condiciones de oposición y colaboración (Álvarez, 2002).
Nuestro objetivo final, consiste en pasar de la técnica individual a la táctica individual. Este proceso, requiere de un dominio de los aspectos técnicos fundamentales, tanto ofensivos, como defensivos, que permitan generar en el jugador unos esquemas generales motores, que le permitan realizar este tipo de acciones de una forma inconsciente. La realización automática de las acciones técnicas en el fútbol permite al jugador centrar su atención en el análisis del entorno, solucionar con éxito situaciones que exigen toma de decisiones y poder desarrollar un pensamiento táctico.
La táctica individual es, de este modo, el elemento que permite al jugador aumentar el rendimiento individual en el juego, es decir, ser capaz de tomar las decisiones correctas en cada situación, siendo capaz de ejecutar con precisión y a la velocidad adecuada, las acciones técnicas pertinentes.
Es un elemento decisivo, que facilita la integración en la táctica colectiva.